Desafío Ultima Esperanza - Prólogo
Este Viernes partiré a Puerto Natales, Región de Magallanes, a vivir una aventura maravillosa:
Seré uno de los 700 participantes en el Desafío Ultima Esperanza (DUE2013), una carrera tipo Cross Country (en Mountain Bike), que une las Torres del Paine y Puerto Natales. Serán 90 kilómetros de caminos de ripio y senderos por la llanura patagónica, con paisajes maravillosos y un clima impredictible, donde el viento y la lluvia pueden llegar a ser literalmente infernales. Espero que los dioses patagónicos sean benignos con nosotros.
Hace 14 meses, la bicicleta pasó de ser una muy esporádica afición, a pilar fundamental de mi vida diaria. Durante la semana es mi principal medio de transporte y durante los fines de semana, mi instrumento de libertad, lanzándome a lo bestia a recorrer senderos y bajar pendientes por los cerros. Efectos laterales son los 13 kilos de peso que ya he bajado y superar la maldita adicción a los 25 cigarrillos diarios que fumé por más de 25 años.
Como todos los proyectos que emprendo en mi vida, más que una afición, se transformó en una pasión.
Para completar el Desafío Ultima Esperanza, he debido prepararme los últimos 6 meses. Además de los preparativos físicos y el entrenamiento, con el entrañable equipo de amigos con quienes decidimos emprender esta aventura, hay una serie de desafíos adicionales que deberemos enfrentar en los próximos 5 días. Y como todo proyecto, hay metas previas, durante y posteriores al evento en sí, que debemos planificar y resolver.
El primer desafío es llegar: viaje en avión y buses hasta Puerto Natales, a 3.207 Kms. de Santiago, incluyendo el transporte de bicicleta, repuestos, ropa, vituallas y adicionales.
El segundo desafío, es lograr colocarse en el punto de partida, entre más de 700 competidores.
El tercer desafío es terminar la travesía (con un tiempo entre 5 y 8 horas) superando 90 Km. de ripio, probable lluvia, mucho viento, rayos UV, con todos los músculos, manos, rodillas, cuello y espalda adoloridos y contracturados, no perderse, no tener problemas mecánicos y poder superar los muchos imprevistos.
El cuarto desafío es no caerse, no romperse nada, no tener lesiones y si tenemos algún accidente, que los daños sean menores.
El quinto es mantener el ánimo y disfrutarlo al máximo, sonreír todo el tiempo aunque tu cuerpo y tu mente te exijan abandonar, darnos ánimo entre los participantes, ayudar al que lo necesite.
El sexto es lograr atesorar algunos recuerdos, mentales y digitales, con las baterías suficientes, el storage adecuado, no romper el celular, la cámara y las memorias.
El séptimo desafío es lograr retornar a Santiago completos y con algún grado de dignidad, en otros 3.207 Km. de vuelta.
El octavo desafío, recién ahí, es tener alguna medida del tiempo a recorrer. Si el clima nos es favorable y llego a hacer menos de 6 horas, para un vejete como yo, sería un triunfo notable. Pero me da lo mismo. El solo hecho de llegar a la meta será un evento glorioso.
Espero con mucha fe que con mis amigos, logremos todos esos desafíos y celebrarlo en un gran Salud! a nuestro retorno.
Stay Tuned!!
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