miércoles, 10 de octubre de 2007

El aporte del FLOSS a la interoperabilidad y por qué surge

En el artículo anterior presentamos una breve introducción a las diferencias de licenciamiento y distribución entre el Free/Libre Open Source Software (FLOSS) y el software propietario.

En este artículo, analizaremos la relación del FLOSS con algunos temas que están en la discusión mundial y particularmente en Chile, en el contexto de la Estrategia Digital 2.0: la Interoperabilidad y los Estándares.

También presentaremos algunos ejemplos de cómo han surgido algunas comunidades de desarrollo para proyectos FLOSS, indicando las diferencias respecto de su "financiamiento".

Partamos con un poco de "pre-historia", contada por un viejo dinosaurio tratando de sobrevivir en un universo dominado por los mamíferos tecnológicos. :-)

Una breve (y antigua) historia para ejemplificar

Partí mi relación personal con la tecnología en los inicios de la década del '80 del siglo XX (Uf! qué viejo estoy :-) y conocí un mundo basado en tecnologías totalmente propietarias.

El mundo se dividía entre los que utilizaban Burroughs, IBM, DEC o algún otro proveedor tecnológico, y la decisión de "con quién casarse" era muy compleja. Eran matrimonios indisolubles, donde la selección de un proveedor tecnológico significaba "todo": Protocolos de comunicaciones, hardware, terminales, bases de datos, aplicaciones, software, capacitación, procedimientos. Todo. Cuentas totalmente "cautivas". Lo que hoy se llama "lock-in tecnológico".

Quienes partimos con un microcomputador personal en el hogar en los '80, teníamos (y mantenemos hasta el día de hoy :-) diferencias irreconciliables sobre cuál micro era mejor: Atari, Sinclair, Commodore, etc. Compartir juegos entre microcomputadores de diversos fabricantes era imposible, y jugar en red en tiempo real entre plataformas diversas, ni siquiera lo imaginábamos posible.
El hecho es que ... nadie conversaba con nadie.

En la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, transferir un simple archivo de texto entre el mainframe IBM y nuestro sobrecargado equipo Tower con Unix, era un proceso heróico, que con suerte completábamos después de días de trabajo, coordinaciones y favores personales.

Y gradualmente, la llegada de TCP/IP (un protocolo abierto de interconexión entre sistemas, sigla hoy conocida por todo el planeta), permitió un gran avance: la Interoperabilidad.

Un "simple" protocolo abierto, público y conocido, construido por la comunidad y que todos los proveedores tecnológicos se vieron obligados a implementar (muchas a veces a regañadientes), permitió el sueño dorado: e-mail, FTP, Telnet, gopher, archie, aplicaciones disponibles en las más diversas plataformas y que permitían la "conversación" entre sistemas muy disímiles. Comunicación inmediata entre las "distantes galaxias informáticas".

Y la caja de Pandora con secretos exclusivamente reservados para los expertos, finalmente se abrió. HTML/http (el WEB) llegó a principios de los '90, con unas aplicaciones extrañas llamadas "browsers", para transferir "texto e imágenes" y componer "páginas" armónicas y gráficamente atractivas, en una pantalla remota.

El impacto en nuestro planeta ... ya es historia conocida.

TCP/IP y los estándares

Desde TCP/IP, el modelo de desarrollo e implantación de estándares tecnológicos a escala global cambió radicalmente:

los "estándares de jure" (es decir, estándares protegidos y definidos entre cuatro paredes por "expertos" del área, con el "respaldo de marca" de connotadas instituciones) debieron ceder el paso a los "estándares de facto" (construidos sobre la base de modelos colaborativos de toda la comunidad en forma abierta).
El sólido edificio de los estándares de comunicación del modelo OSI, debió rendirse después de largas peleas en el "campo de batalla" de las implementaciones, frente a un ágil competidor denominado stack IP, que no tenía ningún dueño (o en forma equivalente, muchos dueños), construido además sobre múltiples procesos de prueba y error, en continuos refinamientos sucesivos.

El enfoque FLOSS aplicado en TCP/IP y sus aplicaciones (basado en colaboración, interfaces y definiciones públicas), modificó el paradigma del diseño, desarrollo y provisión tecnológica, especialmente en cuanto al manejo de los datos y la interconexión entre sistemas.

Y TCP/IP modificó radicalmente la industria, incluyendo un reordenamiento de los roles y los actores. Pero esos cambios recién comenzaban.

Haciendo un "salto en el tiempo", la experiencia y la conclusión que todos aprendimos (que en el contexto de la Estrategia Digital veremos reflejada de diversas formas), es que hay dos principios fundamentales que cautelar bajo cualquier circunstancia, ya sea al interior de una organización, en un país o en escala global:
  • La preservación futura del dato
  • La interoperabilidad entre soluciones tecnológicas diversas
Las causas del surgimiento del FLOSS

Las causas por las cuales surgen las "comunidades de desarrollo" en torno de proyectos FLOSS son múltiples y variadas, y es relevante entender su origen, porque permite proyectar modelos económicos y tecnológicamente viables en el futuro, más allá de la visión filosófica, política o tecnológica que cada individuo pueda tener (y por favor, hago este análisis con pleno y profundo respeto a dichas visiones).

El primer caso, emblemático porque además define las bases filosóficas originales del FLOSS (y que con el tiempo también ha tenido diversas derivaciones), surge por la visión de un brillante programador llamado Richard Stallman, quien declara su deseo de "liberar"a los usuarios de restricciones en el uso del software y el conocimiento, dando origen al suite de productos GNU y posteriormente a la conformación de la Free Software Foundation.

En otro caso, surge el esfuerzo de un brillante programador llamado Linus Torvald, quien decide "construir" su propio sistema operativo, que le entregue la flexibilidad tecnológica de Unix pero sin las restricciones de pago de licencia, liberando posteriormente su creación e invitando a la Comunidad en la construcción colaborativa de esa impresionante plataforma llamada Linux.

Hay casos de productos de software propietario, para los cuales por diversas razones, su modelo de negocios original ha fracasado. En la disyuntiva de no poder continuar soportando las aplicaciones por inviabilidad comercial, y respondiendo a la necesidad de continuar manteniendo a los usuarios (y eventualmente, crear nuevas oportunidades de negocios colaterales), las empresas propietarias del código optan por liberar dichos productos a la comunidad, en un modelo Open Source.

En algunos de esos casos, se han creado importantes comunidades de desarrolladores que mantienen y potencian esos productos, siendo un caso emblemático el de Netscape, que dio origen a Mozilla y sus derivados (entre otros, Firefox). Otro caso emblemático es el de Borland y sus productos InterDev (incorporado en modalidad OpenSource dentro de Eclipse) y su base de datos Interbase.

Por último, podemos encontrar productos FLOSS en los cuales grandes empresas tecnológicas invierten y soportan, para lograr otros beneficios por la vía de negocios colaterales, hardware, servicios, consultoría u otros productos de alto valor agregado (y precio).

Un ejemplo de esto es la plataforma Apache, que hoy soporta el 50% de los sitios WEB del planeta. Si revisamos la declaración de impuestos del período 2005-2006 de la Apache Foundation, observaremos que su financiamiento por la vía de donaciones y venta de algunos servicios, es levemente inferior a los US$ 150.000 (?!), cifra ínfima en cualquier lugar del planeta para cualquier iniciativa similar. Pero nadie puede negar los millones de dólares que empresas como IBM, Redhat, Sun y otros aportan por la vía de Horas Hombre dedicadas exclusivamente a Apache, además del propio soporte de la comunidad, recursos que dan sustento permanente al proyecto y sus derivados.

¿Y por qué estas distinciones?

Porque en mi opinión, todas las experiencias de proyectos FLOSS son distintas. Es muy difícil identificar a priori las condiciones que determinan que un proyecto FLOSS sea exitoso.

En consecuencia, tampoco podemos afirmar taxativamente que "el FLOSS es la mejor vía para el desarrollo de un proyecto país" o "FLOSS es la única vía éxito para el desarrollo económico y las libertades" o incluso que "el FLOSS es una tendencia irrevocable y todas las empresas tecnológicas tenderán hacia él". No es así, y en los próximos artículos iré desarrollando ideas al respecto.

No obstante, algunos de nuestros políticos en Chile consideran sumamente "fashion" realizar esas afirmaciones, sin tener la más remota idea de lo que significan. Muchas veces son declaraciones erradas y que tienden precisamente a ir en contra del uso del FLOSS, en vez de colaborar en su implantación adecuada. Y por ello es que considero una responsabilidad de quienes conocemos un poco más de estos temas, ayudar a establecer consensos que aseguren proyectos viables de desarrollo y no simplemente "declaraciones para la galería". (Me reservo en esta oportunidad el derecho a no incluir links externos en este párrafo, pero es sumamente fácil encontrar esas declaraciones ... :-)

Lo que sí tengo muy claro es que la viabilidad de un proyecto FLOSS depende de la disponibilidad de recursos que lo sustenten: en algunos casos, será el desinteresado aporte de miles de voluntarios en el planeta quienes aportarán sus horas de trabajo para el mejoramiento continuo de las soluciones. En otro, serán corporaciones u organizaciones que darán sustento financiero para la continuidad del proyecto. En algunos, serán comunidades o individuos que se financian por otras vías (grants, donaciones, tiempo dedicado). Y en otros casos, simplemente personas que donan recursos o tiempo en forma desinteresada, como un aporte a la sociedad.

Pero en todos los casos, "alguien financia". Es decir, los recursos de alguna parte surgen.

Y ese es el desafío: identificar la mayor cantidad de variables y condiciones, que permitan modelar un proyecto basado en tecnología, considerando la mejor combinación de elementos que permitan el desarrollo sustentable del proyecto, más allá de las simples declaraciones de voluntad. Esto es válido para los usuarios (personas, gobiernos, empresas, etc.), para los emprendimientos o empresas tecnológicas, para el desarrollo de una industria basada en conocimiento y en una escala mayor, para el diseño de una estrategia de desarrollo tecnológico para un país.

Con estos antecedentes, en el próximo artículo que liberaré el 14 de Octubre, realizaré un análisis sobre el impacto que el FLOSS ha tenido en la industria del software en su conjunto, modificando los paradigmas tradicionales y cómo se relaciona con la industria del "software propietario".

Stay tuned!

2 comentarios:

Alejandro Barros 9:24 a.m., octubre 12, 2007  

Marco,

Buen aporte a la discusión.

No existe el concepto de Agenda Digital 2.0, es Estrategia Digital, usted no lo diga.

Maz 11:10 a.m., octubre 12, 2007  

@Alejandro: OK, corregido (pero el dominio se llama agendadigital.cl !!!).

Otro punto más a los comentarios al documento.

Afírmate y disfruta el fin de semana ... Ya vienen los comentarios. >:->

Salu2 y gracias.

Marco.

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