Biblioredes: un equipo que no deja de soñar
He tenido la oportunidad de participar en múltiples proyectos en mi vida profesional. Y algunos de ellos han resultado ser de alto impacto, sobrepasando largamente las expectativas originales.
Es particularmente gratificante cuando alguno de esos proyectos, más allá de cumplir los objetivos económicos o institucionales, logra generar oportunidades reales y mejorar la calidad de vida de las personas.
Una característica común a esos proyectos de alto impacto, es que han contado con equipos humanos competentes, comprometidos y altamente profesionales. Pero una característica menos perceptible (que sólo se palpa en la conversación cotidiana y "en la trinchera" del día a día), es que esas personas no tienen temor a explotar su capacidad de soñar. Incluso lúdicamente. Y creen firmemente en sus sueños.
Pero los sueños, siendo fundamentales para el éxito, no bastan para construir o modificar el futuro.
Los sueños son el insumo principal para diseñar estrategias. Mientras más desafiantes y más ambiciosos sean, con el marco metodológico y los elementos adecuados, los sueños se transformarán gradualmente en realidades.
El pensamiento estratégico (que me sorprende en muchos espacios, todavía se perciba lejano o de poca aplicación práctica) es fundamental. No es complejo cuando se adquiere la práctica, pero requiere método. Y en general, nos obliga a salir del "molde" y mirar más allá de los "bordes de la caja".
En este artículo voy a cometer una infidencia profesional, relacionada con los sueños.
Y escribo este post motivado por el anuncio realizado por mi amigo Enzo Abbagliatti en su blog Cadaunadas y la amplia cobertura de prensa que ha tenido la buena noticia en estos días: la expansión y próximos desafíos del proyecto Biblioredes.
El contexto
El año 2002 formé parte de un equipo de la Universidad de Chile, que asesoró en varios aspectos la puesta en marcha de Biblioredes. Entre otras labores, apoyé el proceso de diseño estratégico del proyecto. Y todo iba muy bien encaminado.
Pero sentía en mi fuero interno que algo faltaba. Una noche hasta muy tarde, me quedé preparando una "breve historia", un "cuento", una visión del proyecto pensando en el "lejano horizonte" de mayo del 2005 (más de 2 años y medio en el futuro). Fue una arriesgada apuesta y que cuando presenté al equipo del proyecto, sentí que hicieron rápidamente suya, como una visión de que era un posible. Y el sueño se multiplicó.
Es importante notar que el sueño era muy arriesgado, porque se generó además en un contexto difícil. El año 2002, la tecnología y el acceso Internet era algo incipiente, y el proyecto de conectar a más de 360 bibliotecas públicas a Internet (muchas de ellas en los lugares más recónditos de Chile), no sólo era un sueño. Para muchos era simplemente una locura, un esfuerzo vano y su utilidad era discutible (y murmurado en voz baja, inútil).
Entre otros desafíos de visión y rompimiento de paradigmas, la "irrupción de la tecnología" en la biblioteca pública, no sólo la desperfilaría en su rol histórico, sino que además terminaría de sepultar los pobres hábitos de lectura de los chilenos. Y por último, entender la biblioteca como un espacio de "desarrollo local y promoción social", definitivamente rayaba en la insanía mental.
Pero el costo de multiplicar los sueños es nulo y además son apropiables por muchos.
No voy a mencionar a nadie en particular de los que han sido artífices del proyecto Biblioredes, pero ese "equipo de soñadores" nos sigue sorprendiendo, porque el sueño lo sobrepasaron por lejos. Y siguen soñando cada vez más lejos y más alto.
Y ahora viene la infidencia (la cual espero amigo Enzo no me la cobres :-). Les copio ese "sueño afiebrado" con el que alguna vez nos encantamos junto con el equipo de Biblioredes, el cual veíamos tan difícil y lejano de cumplir. :-)
Martes por la tarde ... Mayo 2005 ... Biblioteca de Calbuco ...
Ese fue nuestro sueño. Y como pueden ver, además es un sueño en que las vidas de las personas se conectan, más allá de las "conexiones virtuales".
A principios del año 2007, pasé un lunes muy temprano por la Biblioteca de Vicuña en la Cuarta Región, durante una parada en mis vacaciones por el Valle de Elqui. Y vi a una persona que antes de ir a su trabajo, en el computador de la biblioteca le enseñaba a un amigo a hacer su curriculum vitae y enviarlo por correo. Me paré en la puerta de la biblioteca viendo esa escena y debo reconocer que me emocioné profundamente.
Esos son los momentos mágicos por los cuales me gusta trabajar en tecnología.
Felicitaciones al equipo de Biblioredes.
Stay Tuned!
2 comentarios:
Marco,
A nombre de todo el equipo de BiblioRedes, mil gracias por tus palabras. No hay ninguna infidencia que un café en el Torres no haga perdonar. En una de esas, nos ayudas con el nuevo sueño y dejas nuevamente tu huella en nuestra mirada del futuro.
Por cierto, aprovecho tu entrada para agradecerte a tí y a las muchas personas que contribuyeron en distintos momentos, de maneras muy diversas y en ámbitos diferentes para hacer de BiblioRedes lo que es hoy. Desde los cientos de voluntarios que nos ayudan en las bibliotecas y laboratorios, hasta los consultores que "casi" nos regalaron su trabajo -que valía mucho más-, pasando por los equipos de buena parte de nuestros proveedores, a los que muchas veces sentimos más como socios que como contratistas.
BiblioRedes es y espero siga siendo una suma de voluntades. Con ellos logramos demostrar a aquellos infaltables malos agoreros, que creían imposible levantar una política pública de inclusión digital desde las bibliotecas públicas, que no sólo era posible, sino que las bibliotecas públicas verían reforzada y renovada su misión como espacios de encuentro de la comunidad con la información, el conocimiento, la recreación y la cultura.
Un abrazo.
@Enzo: Gracias a ti y a todo tu equipo. OK, esta vez yo pago los cafés en el Torres. ;-) Otro abrazo de vuelta ...
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