lunes, 7 de diciembre de 2009

El futuro de Chile será digital o no será.

Esta carta* es parte de una invitación de un grupo de ciudadanos, quienes estamos convencidos en la necesidad de reflexionar respecto de la sociedad que queremos. Esta es una provocación que compartimos con ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, en el contexto de la inminente elección del Presidente del Bicentenario de Chile.

Nuestro país ha madurado. A pesar de tener heridas no completamente sanas y traumas transversales en la sociedad, Chile ya no es el mismo de hace 30 años, tampoco es la misma sociedad esperanzada con el retorno de la democracia de 1990. Vivimos los temores del cambio de siglo y encaramos, a partir del 2000, una nueva ruta, con una visión ciudadana -quizás pretenciosa pero sincera-, abiertos a un cambio en la forma tradicional de hacer política que conocíamos y dispuestos a construir un futuro inclusivo.

Chile dejó de ser ese país aislado y provinciano. Cambiaron las premisas de las personas, de las familias, de las empresas, del Estado. El nuestro es hoy un país abierto al mundo como nunca antes lo había sido, y las tecnologías, la Red, la "convivencia en la nube", nos permiten emparejar la cancha y jugar en igualdad de condiciones a nivel global.

Quienes escribimos esta carta somos padres de una nueva generación, conectada con el mundo y atenta a las oportunidades que éste les ofrece. Nuestros hijos acceden a fuentes de información y conocimiento con una dinámica y velocidad que nos asombra, que en muchas ocasiones no podemos seguir y que debemos aprender a escuchar. Este mundo sin fronteras, móvil y accesible desde las pantallas, es el ambiente natural en el que, los nuevos emprendedores se proyectan para construir innovación, desarrollar capital humano y valor agregado al país de hoy y del futuro.

La generación que vivirá intensamente el bicentenario nos desafía a responder a las nuevas necesidades y demandas de nuestra sociedad. Creemos que la tarea prioritaria para Chile en los próximos diez años es convertirse en parte activa de la sociedad del conocimiento, aportando desde nuestra riqueza y diversidad cultural. Para hacerlo, tenemos las herramientas a nuestro alcance, pero necesitamos aprender a utilizarlas creativamente. Nuestra oferta educativa debe mirar como oportunidad y no como amenaza las competencias digitales y la mirada crítica de las nuevas generaciones, para construir una propuesta de calidad que considere las habilidades del siglo veintiuno como eje del curriculum del Chile del presente.

A esta generación tenemos el deber de entregarles un país con perspectiva, con visión de largo plazo y no con formato de borrador permanente. El concepto de cambio, tan utilizado en tiempos de campaña, pero tan olvidado en otros momentos, debe ser asimilado como una necesidad inmediata. Hoy el cambio es un estado permanente. Debemos avanzar en un proceso de sincerar lo bueno, lo malo y lo feo, independiente del origen o color de esas iniciativas.

Vemos como, a la distancia, países del primer mundo y otros que fueron similares a Chile crecen, impulsando grandes reformas y proyectos país, en los cuales la tecnología y su aporte son piezas fundamentales. En todos esos ejemplos, el Estado ha contado con una institucionalidad capaz, dotada de respaldo político y económico para encarar esta tarea, que acoge a múltiples sectores y lidera efectivamente con fuerza un proceso que nos tomará al menos diez años. Una institucionalidad que pueda definir y ejecutar una política pública de largo plazo, con capacidad de adaptarse a escenarios en permanente cambio y que no se redefina por completo cada vez que se produce un cambio de gobierno.

Nos referimos a la aplicación de la tecnología y su uso para el combate de la pobreza, palanca para una mejor calidad de vida y motor de desarrollo para que las personas accedan, entre otras cosas, a una mejor educación, mejor salud, mejor trabajo, promoviendo su capacidad innovadora y su mayor participación en todas las esferas donde su futuro se juega. Las cifras así lo indican. Según el Banco Mundial, un incremento de 10% de penetración de banda ancha genera en países como el nuestro un aumento del 1,38% en el Producto Interno Bruto. ¿Conocen nuestros economistas otro ejemplo similar? Otro modelo que el mundo nos reconoce pero que no hemos sido capaces de reproducir en otros ámbitos, es la plataforma de compras públicas Chilecompra, la cual permitió aumentar la participación de las pequeñas y medianas empresas en la compras del Estado a un 37%, más del doble de su participación en el resto de la economía. Pero pese a ello, según un estudio encargado por la Subsecretaría de Telecomunicaciones a la Universidad Alberto Hurtado, en 1 de cada 5 hogares del país no se ve valor a estar conectado a Internet.

No se trata de subirse a las modas tecnológicas de turno o a sus gadgets, sino de cómo nos integramos de manera inteligente y oportuna a la sociedad del conocimiento. Nos subimos muy tarde al tren de la Revolución Industrial, no nos perdamos esta nueva oportunidad. Y esta oportunidad es necesariamente digital. Sea cual sea el modelo de desarrollo, la visión de largo plazo, el sueño país que queramos construir, la dimensión digital estará en su centro. Pero a quienes firmamos esta carta nos convoca, por sobre todo, la posibilidad de construir un Chile con un acceso más equitativo a las oportunidades, y es quizá ahí donde la tecnología juega su rol más transformador, al democratizar de manera radical el acceso a la fuentes de información, de conocimiento, de creación de valor, de desarrollo personal.

Estamos ciertos que es posible. Los problemas de Chile tienen que ver con todas y todos. La mejor forma -quizá la única- de iniciar un camino hacia su superación es integrando de manera activa a la ciudadanía y su creatividad en el diseño de las soluciones que den respuestas a sus necesidades. En eso, la tecnología es hoy uno de los principales medios habilitantes. Algo que en la presente campaña para escoger al Presidente de Chile por los próximos cuatro años, parece no haber sido entendido. Hablamos de fomentar la capacidad de conversar de los ciudadanos a través de estos medios y, de parte de las autoridades, a explicitar su compromiso de escuchar, responder y finalmente actuar basados en lo que dichas conversaciones generen.

Por eso, al futuro Presidente de Chile, lo invitamos a cambiar la mirada, a refrescar la visión. Lo invitamos a asumir que el futuro de Chile será digital o no será, un futuro que se lo debemos a nuestros hijos.

Enzo Abbagliati

Patricio Astorga

Alejandro Barros

Hugo Martínez

Paulo Saavedra

Marco A. Zúñiga


(*) Este texto está inspirado en la Carta Abierta al Futuro Presidente, publicada en cuatro blogs españoles en marzo de 2008, y la Carta Abierta a Políticos y Candidatos "2.0", publicada por Paulo Saavedra en abril de 2008.

Fuente de la imagen: Flickr de f _ d a y


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lunes, 26 de octubre de 2009

Mucho más que un cambio de logo

No pude dejar de sorprenderme cuando vi el comercial de televisión y los avisos en los diarios, anunciando el cambio de imagen corporativa: desaparece del mercado chileno el logo y la marca Telefónica, para ser reemplazado por la marca Movistar.

Hace un tiempo se había anunciado la fusión de los diversos negocios bajo una única matriz, pero personalmente, no esperaba que el cambio terminara siendo tan profundo ni tan rápido.

Hace 10 años yo trabajaba en CTC (la "antigua" Compañía de Teléfonos de Chile) como director de e-business. Y me tocó vivir en forma interna el cambio de imagen desde CTC hacia Telefonica CTC.

Más allá del natural impacto y la logística necesaria para cambiar de un día a otro la imagen corporativa (entre muchas otras cosas, señalética en las calles, dominios en Internet, tarjetas de visita y logos en papel impreso), el cambio del cual fui partícipe fue principalmente cultural.

Internamente, para quienes trabajábamos en CTC, el cambio significó aprovechar, entender y en algunos casos aceptar con resignación, que una compañía local como CTC pasaba definitivamente a formar parte de una Corporación internacional. Y eso obviamente tiene muchas consecuencias.

Pero creo que este nuevo cambio es mucho más profundo.

Telefónica Chile (perdón ... ahora Movistar) con este cambio anuncia que es una empresa de la convergencia. Pasa a ser una compañía única integrada en el mercado TI. Y eso por cierto que es un cambio mayor, fuente de desafíos y grandes oportunidades.

Sin duda, este cambio no está aislado y ni será exclusivo de Chile. Representa un cambio estratégico importante del grupo Telefónica. Y después de hacer una rápida revisión en los otros sitios de Telefónica en Latinoamérica, veo que por el momento el cambio es sólo local.

Creo que hay varios factores que hacen que Chile haya sido seleccionado como "piloto" para este cambio, el cual tarde o temprano, será global. Y desde ahí, podemos sacar una importante lección.

Lo primero es que somos un mercado mucho más pequeño y por tanto el cambio es más controlable. Esto permite probar ciertas estrategias más arriesgadas y aprender de los errores, los cuales de existir, pueden "no ser tan grandes". A la larga, será un gran aprendizaje.

Además, dado que en Chile si bien la política tiene un impacto importante en los aspectos normativo regulatorios, somos un país bastante más ordenado que otros países en los cuales Telefónica opera. Nuestra "estabilidad" permite al menos disminuir la incertidumbre política, que en otros mercados es mucho más compleja de predecir o controlar.

En los aspectos de negocio, tenemos un mercado que se está moviendo muy rápido y que requiere respuestas de las compañías, si no desean ver afectadas sus posiciones relativas.

Aparecen nuevos actores, como la entrada del consorcio liderado por PacketOne que hizo su "flamante entrada" en la licitación de banda ancha rural y que todavía es una promesa pendiente. ENTEL sufre profundas modificaciones internas, reorientando su negocio a ser un "integrador de servicios TI", lo cual incluye la compra de empresas como CIENTEC. Claro, con una fuerte presencia regional y con mejoras en sus resultados, especialmente de satisfacción de clientes, sigue siendo un jugador de segunda liga en el negocio móvil en cuanto a participación de mercado, pero se perfila como una "promesa de futuro". Telmex profundiza su presencia en nuevos segmentos. VTR profundiza la oferta para el hogar con "paquetes de servicio" integrando capacidades como Bazuca.

Por ello, es natural que en algún momento, Movistar (ex-Telefónica CTC) debía responder, aprovechando su presencia y las capacidades distribuidas entre sus diversas filiales. La pregunta era cómo.

Movistar ahora apuesta por la convergencia y la innovación.

En cuanto a la convergencia, no deja de ser sintomático que en todas sus piezas publicitarias, Movistar ahora haga explícita la oferta de TV Digital, Banda Ancha (ojo que sin diferenciar entre "cables" o "formas inalámbricas") y la tradicional Telefonía Fija.



Eso indica un importante giro estratégico global y particularmente un recambio de la plana ejecutiva, con líderes capaces de comprender las nuevas dinámicas del mercado.

Ya escribí en su oportunidad sobre algunos desafíos que enfrentan las Telco. Y claramente podemos prever que la convergencia pasará a formar parte fundamental no sólo de la estrategia sino que también de la imagen integrada. Todos estos cambios, a pesar de que esta integración fue resistida durante muchos años por alguna parte de las planas ejecutivas de las verticales de diversas Telco (incluyendo por cierto la propia Telefónica).

En cuanto a la innovación, Movistar está "aprendiendo a trabajar con otros", especialmente innovadores y emprendedores.

Esta política se refleja en iniciativas como el concurso de Planes de Negocio Movistar Innova (www.movistarinnova.cl). Siendo franco, el impacto en términos de ingreso y nuevos negocios para Movistar de estas iniciativas, es mínimo.

Pero obliga a generar nuevas prácticas internas, a abrir nuevas conversaciones y comprender que en el mundo de la convergencia y la innovación, el éxito futuro pasa por aprender a colaborar con actores de diversos tamaños y capacidades. Y quién sabe. En estos espacios de innovación, nunca sabremos si surgirá una "esmeralda perdida". La única forma de descubrirlo, es explorando estas tierras desconocidas. Y la exploración en sí, per se es un valioso aprendizaje.

En el marco global del emprendimiento, indudablemente estas iniciativas son un aporte. La oportunidad para emprendedores de aprender a generar prácticas y modelos de negocios con el respaldo de un actor incumbente en alguna industria, es una práctica que no sólo debemos apoyar, sino que estimular para que otros la sigan.

Por ello, en el marco de Movistar Innova, la semana pasada me pidieron que volviera a dictar una conferencia para esos nuevo emprendedores, la cual gustosamente acepté dar. El foco de mi conferencia fue presentar algunos modelos de negocios (nuevos y antiguos) en el mercado de las telecomunicaciones, cifras del mercado y especialmente, el modelo de convergencia de las 3 pantallas (TV, Dispositivos Móviles y Computador).

No sabía del cambio de imagen corporativa de Movistar al momento de dictar la conferencia. Y por cierto que en cierta forma, fue "premonitoria".

Por último, el momento político en Chile para hacer este cambio es el adecuado para una compañía como Movistar. El próximo cambio de Gobierno y de autoridades, provoca un natural congelamiento en ciertos niveles de decisión y el foco está en otros ámbitos, por lo cual estos cambios pasan "más inadvertidos", especialmente para los reguladores.

En todo caso y como ciudadano, no veo muchos riesgos en este caso, ya que el cambio explicita una situación de mercado que por defecto se está dando, en términos de la integración vertical de la oferta. Esta integración vertical de la oferta de las Telco es un tema mundial que no se puede negar. Y en ciertos casos, el colocar barreras adicionales puede redundar en frenar condiciones de desarrollo que pueden ofrecer nuevas oportunidades. Pero en todo caso, por la participación de mercado que Movistar posee en las diversas verticales y ahora en forma integrada, no se puede dejar de observar, por el impacto transversal que posee.

En la práctica, creo que una de las lecciones importantes que podemos sacar de este cambio de Movistar y la elección de Chile como "piloto", es identificar una oportunidad país.

¿Por qué no pensar a Chile como un gran "laboratorio de pruebas" para la convergencia y la innovación mundial, desarrollar políticas públicas en esa dirección y explorar modelos de colaboración púlico-privada que implementen esos acuerdos globales?

Una de las debilidades reconocidas en nuestro país y que impiden un rápido crecimiento de nuestra industria TI, es nuestro tamaño.

Pero esa debilidad, junto con la fortaleza de la estabilidad, permiten posicionar a nuestro país y sus mercados internos, especialmente para empresas innovadoras del mundo TI. Y cuando hablo de"mercados internos" no sólo me refiero a Santiago y la Región Metropolitana, sino que poseemos una amplia diversidad y cobertura territorial, y realidades locales muy particulares que la hacen interesante para probar modelos específicos.


Esta idea no es nueva y muchos la hemos planteado desde hace tiempo en diversos espacios, pero se fortalece con ejemplos como el de Movistar que hemos analizado.

¿Qué nos falta?

Encantar especialmente a los niveles de decisión política para el diseño de las políticas públicas adecuadas y el compromiso de empresarios y emprendedores para realizar las inversiones adecuadas.

Quién sabe. Quizás parte de nuestro sueño país y una imagen para posicionar a Chile sea "el piloto de pruebas ideal para la convergencia".

Stay Tuned!

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miércoles, 5 de agosto de 2009

Distracciones productivas

Soy hiperkinético. Desde muy pequeño.

Afortunadamente, cuando era niño no existían los remedios "mágicos" como el Ritalin o las sesiones infinitas de psicopedagogía. A lo más, los niños que éramos hiperactivos, pasábamos por ser "niños inquietos" y apelábamos a la infinita paciencia de padres, profesores, tías, abuelas, parientes y amistades. Una pelota y una bicicleta bastaban.

Y era frecuente desaparecer de casa por 5 o 6 horas seguidas durante las tardes, revolucionando otros entornos domésticos.

Hoy en día, soy igual de hiperkinético.

Es difícil que pase más de 1 hora continua en mi puesto de trabajo en la oficina.

Si bien tengo múltiples formas electrónicas para comunicarme con colegas y colaboradores, prefiero levantarme de mi silla, ir al lugar de los otros y conversar en persona. Por eso, el teletrabajo no siempre me es cómodo, porque el toque personal lo considero importante en el día a día.

Pero hay una situación particular donde la "prisión física" me obliga a buscar otras formas para eliminar los excesos de energía, especialmente cuando atenta contra mi concentración: durante las teleconferencias, audioconferencias o conference call.

El punto es que equivocadamente, uno cree que durante una audioconferencia, se puede adelantar otros trabajos en el computador personal y que no estén relacionados con el tema de la “reunión virtual”.

Después de todo, el único vínculo con los otros participantes es a través del audio común, por lo cual nadie ve lo que estás haciendo en tu espacio propio. Y por ello, surge la tentación durante estas reuniones virtuales, de "aprovechar el tiempo" para revisar un documento, armar una presentación o responder correos electrónicos.

El resultado es que ninguna de estas cosas las puedes hacer bien en forma simultánea, porque generalmente son de contextos muy distintos.

Por tanto, no sólo eres improductivo por tratar de multiplexar tu concentración: peor aún, puedes cometer errores importantes por la falta de atención. Y eso sí que puede tener consecuencias bien complicadas.

Así que por lejos la mejor opción, es concentrarse exclusivamente en lo que corresponde: la Conference Call.

Pero en este caso y con mayor razón, surge nuevamente el problema de la "prisión física".

En muchos puestos de trabajo en Microsoft y otras corporaciones con trabajos intensivos de "coordinación virtual", siempre encontrarán pequeños juegos, de diversos tipos y formas: puzzles, juegos de ingenio, piezas encajables, pentominos, armables magnéticos y múltiples otros artefactos de escritorio, los cuales ayudan a realizar labores manuales simples y mantener la concentración.

Aunque suene paradojal, son pequeñas distracciones físicas, cuyo objetivo es mejorar la productividad virtual.

Aprovecho de pasar el dato, por si están buscando alguna idea de regalo futuro para Maz. Y por cierto, el merchandising inteligente, siempre será bienvenido. ;-)

Stay Tuned!

Fuente de la imagen: Publiblanes


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lunes, 3 de agosto de 2009

Memorias de un hacker retirado

Recuerdo mis primeros intentos por desentrañar los misterios de los computadores y la programación, en el lejano 1982. Mi primer compañero fue mi viejo y querido VIC20.

Obviamente, yo era de la hermandad de los fanáticos de Commodore. Y hasta el día de hoy, todavía mantengo largas discusiones con viejos camaradas, sobre cuáles eran los líderes de los primeros microcomputadores para el hogar.

Nunca llegaremos a una conclusión definitiva.

Commodore, Sinclair o Atari, todos con su legión de apasionados defensores y furibundos detractores, plenos de argumentos teñidos por la pasión.

N. del A.: Parece que desde los orígenes del mundo digital, el fundamentalismo forma parte de nuestra cultura.


Mi VIC20 tenía la fabulosa cantidad de 4.096 bytes de RAM (4 Kilobytes ... término que las nuevas generaciones no conocen).

En ese VIC20 aprendí los primeros vericuetos de la programación en BASIC y nació mi amor por transformar una abstracción en código fuente. A través de la animación de sprites, extensiones a la ROM y programación de rutinas de aceleración gráfica, conocí la simpleza y potencia de la fuerza bruta del lenguaje de máquina, la sutileza en el uso de un JMP condicional y la precisión necesaria para hacer un shift de bits en un registro.

Pero mi vida cambió radicalmente, cuando mis padres me pudieron comprar un Commodore 64.

Un nuevo y fabuloso equipo, que seguía conectando en largas veladas nocturnas al TV "en colores" del living de mi casa.

Siempre hemos escuchado que mirar TV excesivamente cerca, hace pésimo para la vista. Claramente, las largas jornadas de 6 o más horas, a una distancia de 35 o 40 centímetros de la pantalla del televisor, programando a punta de peek y poke, son un importante antecedente para mi temprana miopía.

A pesar de tener buses de 8 bits, el C=64 direccionaba hasta 64 Kb. La ROM/BIOS ocupaba sólo 8 Kb., por lo cual el C=64 me ofrecía ahora la fabulosa cantidad de 56 Kb de RAM, disponibles totalmente para mí.

Y permitía hacer maravillas, como ejecutar ese maravilloso juego llamado Ghosts & Goblins.



Así continué aprendiendo y experimentando, hasta que el año '86 tuve mi primer PC en casa.

Un "monstruo" con un procesador 8088 con 768 Kb de RAM (768 = 640 + 128, los geeks entienden por qué :-) y la increíble cantidad de 30 Mb en disco duro.

Cada vez que partía, ese computador con sus vibraciones y crujidos me recordaba el motor de un viejo refrigerador.

También en esa época, alrededor del '86, tuve la oportunidad de poseer un modem de 1.200 bps., aún cuando ciertamente no tenía muchos "nodos remotos" con los cuales aplicar mis nuevas "capacidades telemáticas".

Mi principal actividad remota era conectar mi ruidoso computador, a unos pocos BBS chilenos, participando de las primeras comunidades digitales locales. Incluso en algún momento, recuerdo haber levantado un servidor Wildcat, pero las continuas llamadas telefónicas recibidas en mitad de la noche, hicieron que mis padres rápidamente prohibieran el nuevo hobby.

Eran los tiempos donde debíamos aprender obligadamente las diferencias entre E-7-1 o N-8-1 para una emulación de terminal, y nos sabíamos de memoria los comandos y argumentos Hayes para configurar un módem (recordar un ATDTX3S0=0 me sirvió muchísimo hace unos días ...:-).

Esto de la paridad par o impar era particularmente importante, cuando nos conectábamos a la U para emular un IBM 3270 (que obviamente era MUY distinto de una emulación VT100, para conectarse a una VAX o un equipo Unix). Y aprendíamos con dificultad la diferencia entre la codificación EBCDIC y ASCII.

Ahí, en esos primeros tiempos, aprendí la importancia de la interoperabilidad, más allá de la teoría.

Eran buenos tiempos, donde nos rebuscábamos la mejor forma para poder acceder a ese gran banco de software llamado SIMTEL, ya fuera por una BBS potente o a través de una conexión a BITNET.

Más de alguien aprendió (después de quebrarse la cabeza) que XModem era un protocolo engañoso (porque modificaba los archivos recibidos), alabamos la flexibilidad de YModem y la capacidad de restauración de ZModem. Estos protocolos no sólo los usamos, sino que también los programamos y modificamos, adaptando el modelo de administración de ventanas y puntos de restore para diversos proyectos locales.

Y definitivamente nos graduamos de magos, cuando logramos completar una sesión de transferencia multiplataforma mediante Kermit.

En esos tiempos, lograr transferir un archivo de 150 Kb. era más preciado que un diamante. Y durante los 30 minutos o más que duraba una simple transferencia (en esos tiempos sí que había latencia), rezábamos para que no se cayera la sesión.

La experiencia de esos años austeros, en los cuales debíamos aprovechar al máximo cada bit disponible, me ha servido mucho y en diversos contextos.

Recuerdo un complejo proyecto a principios de los '90, en el cual todos esos conocimientos de hacker, los incluimos en un sistema distribuido de alta disponibilidad, que combinaba computadores clientes con 1 Mb de RAM, procesos residentes con corrutinas bajo DOS e interfaces usuario en Clipper orientado al objeto, una arquitectura fault tolerant sobre 3 nodos servidores VAX/VMS espejados en tiempo real, dispersos geográficamente y conectados sobre redes X.25, con anchos de banda de 64 Kbps. En ese sistema, diseñamos y programamos desde el más mínimo bit hasta los procesos de sincronización en tiempo real. Eran buenos tiempos.

Cuando estuve a cargo de Cybermarket en 1997 y montamos el primer mall virtual en Chile, en una operación de Comercio Electrónico pero "de verdad" (ofrecíamos un mix de 44.000 productos en 4 rubros, incluyendo lechugas, martillos, azúcar, destornilladores y crema facial), definimos algunos criterios de uso de recursos, tiempos de respuesta y usabilidad, que como responsable tecnológico consideré en ese tiempo como "intransables", con el pesar del equipo de implementación.

Cybermarket debía cargar las páginas en los browser de los clientes, en un máximo de 7 segundos, considerando transferencias con un ancho de banda de 14.4 kbps. y sin exigir capacidades de procesamiento de Javascript en el lado cliente. Y por cierto, con esas estrictas definiciones, problemas de interoperabilidad no teníamos.

Fue difícil lograr cumplir con esas duras condiciones. Pero hace más de 12 años, implementamos un sistema de e-commerce con algunos servicios que incluso hoy podrían aparecer como avanzados, porque nos preocupábamos más de la funcionalidad y usabilidad, que de los "bells & whistles" de las interfaces.

Probablemente, si no hubiera aprendido en mis primeros tiempos en un entorno de "carencia digital", habría sido más derrochador durante mi carrera profesional.

Pero en los momentos difíciles no transé y resistí la tentación de la abundancia. Y fue bueno no transar, motivo por el cual varios de esos proyectos fueron exitosos y tuvieron una larga vigencia.

En estos nuevos tiempos de "abundancia", ser un "avaro digital" sigue siendo una buena actitud.

Me sorprende ver cómo algunos nuevos arquitectos y diseñadores, consideran que el "ancho de banda" es cuasi ilimitado, el almacenamiento infinito, la disponibilidad continua, el hardware infalible. Y formados en la "abundancia", diseñan servicios, modelos, negocios, considerando un pool ilimitado de recursos.

Hoy declaro formalmente que soy un "hacker retirado", que se dedica a tomar litros de café conversando sobre el diseño de modelos de negocios y de servicios, y que lo más complejo que programo, son las reglas de distribución de mis correos electrónicos.

Pero a la luz de la experiencia, mi única y principal recomendación a los nuevos programadores (teniendo sólo algunos de ellos los antecedentes suficientes para ser llamados "arquitectos"), es que sean siempre .. unos "avaros digitales". :-)

Stay Tuned!

Fuentes de las imágenes: Wikipedia


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viernes, 26 de junio de 2009

Las lecciones del salmón

Vuelvo a leer en estos días, la entrevista publicada hace un par de semanas en revista Qué Pasa al presidente de AquaChile, Víctor Hugo Puchi.

AquaChile es la principal empresa chilena productora de salmones y truchas, y se encuentra en una muy delicada situación. Es un símbolo de la crisis específica por la cual pasa esta industria en Chile, agravada por “la otra crisis”, mucho mayor y globalizada.

Creo importante leer con cuidado esa entrevista.

En este artículo, destaco mis acuerdos y desacuerdos con algunas de las opiniones que Puchi plantea como reflexión y aprendizaje, y desarrollo un par de dimensiones adicionales.

Los mensajes subyacentes

Puchi explica la difícil situación por la cual pasa la industria salmonera en Chile.

La entrevista es particularmente eficaz en enviar mensajes directos hacia el gobierno y la banca, sobre la necesidad de asegurar un respaldo financiero importante y que les ayude a salir de la actual crisis.

Es importante destacar la franqueza de Puchi en su particular mea culpa, reconociendo algunos de los errores. Y su mensaje principal es que sin un fuerte respaldo financiero y de corto plazo, la industria se derrumbará, sin puntos intermedios.

Sin lugar a dudas (quien lo niegue pecaría de un cinismo extremo), el Estado chileno no puede sustraerse a esta situación. Dejar en descampado y a la deriva a una de las principales industrias de exportación, de alta absorción de mano de obra y pilar económico de al menos dos regiones en Chile, no resiste mayor análisis.

En consecuencia, tarde o temprano, para evitar el desplome de una de las grandes industrias en Chile, el Estado chileno deberá, o bien emitir un gran cheque que inyecte recursos directos a la industria (matizado a través de múltiples instrumentos y canales de financiación), o bien poner una gran firma como aval, para que el sistema financiero actúe, apalancando los recursos necesarios.


Problema de pocos, problema de muchos

Soy un outsider a la industria salmonera, por lo cual más de alguien podrá decir que mis opiniones carecen de respaldo y esgrimirá un sinnúmero de argumentos técnicos para invalidar mis comentarios.

Pero por muy outsider que sea, dado el rol que el Estado se verá obligado a asumir (aunque no lo quiera), como ciudadano tengo todo el derecho a opinar, dado que directa o indirectamente, todos nos haremos cargo de este reflote.

Desde ya declaro que estoy de acuerdo en entregar este respaldo. Pero este cheque no puede ser en blanco, al portador y sin garantías.

Y por lo demás, creo que nos ofrece una tremenda oportunidad para establecer nuevos criterios de diseño de política pública, para el desarrollo de negocios innovadores, modernos y de alto impacto.


Lecciones que debemos aprender

Mi preocupación surge porque al leer la entrevista con mayor profundidad, Puchi reafirma algunos criterios ya superados por los modelos teóricos y las realidades de mercado, y omite algunos pilares críticos en el diseño moderno de procesos de negocios.

Esta visión es particularmente preocupante, en un mundo que hoy evalúa como fundamentales un amplio espectro de parámetros, más allá de los exclusivamente financieros.

En consecuencia, si no incluimos estos nuevos criterios, nada asegura que en el futuro y saliendo de esta crisis, como país no volveremos a tropezar con las mismas piedras, al menos en esta industria. Y por ello mi preocupación.

Hoy se imponen en el mundo nuevos criterios de diseño para los procesos de negocios, más allá de las regulaciones específicas o restricciones que cada mercado pueda tener. Eso ya no se puede negar y es responsabilidad de cada empresario o industria, hacerse cargo de dichas realidades.

Las lecciones mundiales aprendidas el último año, indican que los Estados deben ser los responsables de asegurar los criterios globales, porque el mercado en forma autónoma ya demostró su incapacidad de autorregulación y aseguramiento de sustentabilidad.

Para el futuro de nuestro país, la principal lección que debemos sacar de este caso, es reforzar algunos criterios de política pública para el desarrollo de nuevos sectores económicos, que aseguren un diseño integral y equilibrado entre múltiples factores, más allá de considerar exclusivamente parámetros aislados de crecimiento y rentabilidad.

Los pilares que faltan

Mi opinión es que existen dos debilidades claras en el diseño estratégico de la industria salmonera, que Puchi no comenta o bien toca muy tangencialmente en su entrevista:

  • la falta de criterios de diseño de modelos de negocios sustentables
  • la falta de una estrategia efectiva de Innovación+Investigación+Desarrollo como industria, para la creación de ventajas competitivas de clase mundial


Ambos criterios no sólo son deseables. En el mundo de hoy, son factores críticos de éxito para cualquier industria que pretenda mostrar reales ventajas competitivas y aprovechar las oportunidades en un mercado global.

Y esto cobra mayor relevancia cuando las grandes líneas estratégicas en Chile, nos orientan a transformarnos en un actor global de la industria agroalimentaria. Por ello, es una lección importante de futuro.


Sustentabilidad

Lo reconoce Puchi en su entrevista: la industria creció al 15-17% anual durante un largo período, pero sin hacerse cargo de las consecuencias y buenas prácticas biológicas, regionales y medioambientales.

Además de aplicar el viejo principio de "a confesión de partes, relevo de pruebas", hoy ya nadie se atreve a negar el negativo impacto en los hermosos parajes del sur de nuestro país y los efectos medioambientales desastrosos que el crecimiento descontrolado de esta industria ha provocado. Negarlo sería tapar el sol con un dedo.

Después de la devastación producto del virus ISA, el fenómeno del "bloom de algas" que hoy afecta con tanta o mayor fuerza a la industria, desde una mirada radical podría incluso ser interpretado como una defensa del ecosistema que trata por cualquier forma de erradicar esa "infección exógena" llamada "industria salmonera".

En un modelo de diseño sustentable, si gradualmente parte de las grandes utilidades que la industria generó durante bastante tiempo, hubieran sido reinvertidas para trasformar el proceso de producción a modelos de "ciclo cerrado", otro gallo nos cantaría y no sería una medida tardía.

De esa forma, podríamos haber utilizado nuestra privilegiada hoya hidrográfica como un "capital semilla" para la creación de esa industria, evitando considerar esa ventaja comparativa (la hoya hidrográfica) como un “recurso descartable” o un "insumo de uso indiscriminado". Y habría permitido un importante ahorro en las costosas campañas de relaciones públicas para tapar el “ruido ambiental” que los "fundamentalistas ecológicos" provocaban.

Por ello, no puedo dejar de expresar mi molestia al leer una sección muy particular en el denominado “mea culpa” y que cito en forma textual:

-¿Ha habido un mea culpa por parte de los salmoneros?
- El mea culpa tiene que ser colectivo porque como industria y país no nos dimos cuenta de lo vulnerable que era el no contar con una regulación suficiente para controlar las externalidades y para reconocer que, de alguna forma, el agua que utilizamos tiene sus límites.


Vuelvo a reiterar el concepto de “modelos sustentables”.

Los modernos criterios de diseño de negocios, que particularmente hoy impulsamos y promovemos en diversos programas de emprendimiento, creación de empresas y generación de valor empresarial en Chile, nos indican que el marco ético que debe regular la actividad empresarial, debe superar la normativa o regulación local, y particularmente ser consistente en el respeto al ecosistema.

No sólo por un concepto de Responsabilidad Social Empresarial. Simplemente, porque los modelos sustentables a la larga demuestran ser un “buen negocio”. Por ello, argumentar que la “falta de regulación” es la causa para la inviabilidad del negocio, ciertamente no es un argumento presentable (al menos en ninguna escuela moderna de negocios o plan de emprendimiento en Chile).

Esgrimir la falta de regulación como la causa de un grueso error de diseño estratégico, es simplemente echarle la culpa al empedrado.

Mucha gente se los dijo durante mucho tiempo y por múltiples formas a los empresarios de la industria del salmón. Pero la buena rentabilidad al parecer no es buena consejera y genera profundas dificultades de audición.

La incorporación de criterios de producción sustentable más extremos y con mayor regulación, que se aplican en países desarrollados con los cuales Chile compite en condiciones bastante favorables, las transforman en industrias "viables", aún cuando deban enfrentar los mismos "embates de la naturaleza”. Aquí claramente aplica el viejo dicho que “lo que no te mata, te fortalece”.

Las condiciones de producción sustentable y con respeto al medioambiente, lejos de debilitar la industria, fortalecen su viabilidad. Y en forma paralela, “alto crecimiento” nunca ha sido ni será sinónimo de “fortaleza”.

Por tanto, por mucho que algunos empresarios locales repitan como letanía las recíprocas de estas afirmaciones en forma cuasi ortodoxa, no las harán más reales.

Por ello, es de esperar que en el futuro, comprendamos que la incorporación de condiciones de operación y respeto al medioambiente en nuestro país, sean entendidas como condiciones deseables de diseño de modelos y planes de negocios robustos, y no como "caprichos fundamentalistas" o como un mero “cumplimiento de las regulaciones”.

Innovación + Investigación + Desarrollo

Ya había comentado hace un tiempo la falta de una estrategia clara de creación de ventajas competitivas a partir de los círculos virtuosos de I+D.

Múltiples conversaciones con ejecutivos de la industria salmonera, de la industria tecnológica, de las universidades locales y del Gobierno, me permiten afirmar que el compromiso para realizar procesos reales de Innovación y estimular procesos de transferencia tecnológica a través de la Investigación+Desarrollo, nunca ha sido una línea estratégica fundamental de la industria salmonera en Chile.

Más aún, ese compromiso se ha concentrado principalmente en la creación del Instituto Tecnológico del Salmón (INTESAL), el cual si bien ha logrado varios avances para la industria, en la práctica no ha estimulado impactos reales para el ecosistema económico en su conjunto ni creado círculos virtuosos de inversión, creación, aplicación y explotación de la propiedad intelectual.

INTESAL se ha focalizado en proveer de un marco compartido para la aplicación de ciertos estándares y métricas de calidad, incluyendo la homologación de algunos procesos de producción sobre la base de estándares comunes. Pero asumir un liderazgo y lograr un compromiso de I+I+D no ha sido precisamente su foco de trabajo.

En muchos casos, la transferencia tecnológica en la industria del salmón, se ha limitado a importar tecnología (principalmente noruega) para sus sistemas de información y control productivo, junto con algunos servicios tecnológicos básicos, contratados en forma local.

No peco de infidente al comentar que en una mesa de discusión de la Estrategia Digital 2007-2012 (de la cual yo era miembro de número), se comentó como un ejemplo de la alta dependencia de nuestra industria respecto de tecnologías extranjeras, la poca capacidad para desarrollar software de gestión y control para la industria salmonera, dado que gran parte de los nombres de las columnas de las tablas en las bases de datos de las empresas chilenas estaban en … noruego.

En otros países, esto incluso podría ser considerado un problema de seguridad nacional en el ámbito económico. En Chile, no pasó de ser una anécdota, pero que a varios en su oportunidad nos dejó muy preocupados.

Pero más que datos o hechos aislados, la métrica para rebatir mis afirmaciones en este caso sería muy simple, aplicando parámetros básicos: qué porcentaje de las ventas y cuánto en términos absolutos de inversión en la industria del salmón, ha sido destinado a procesos de I+D y principalmente, a la creación de nuevas empresas basadas exclusivamente en conocimiento y propiedad intelectual, en un modelo de benchmarking con su propia industria.

Y no podemos dejar de escuchar a importantes actores internacionales, como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), quien ya en un reporte de fines del año 2005, destaca que el nivel de innovación de la industria local se había focalizado inicialmente a la transferencia tecnológica desde mercados más desarrollados y la adaptación de algunas técnicas de navegación, en la etapa inicial llamada "Fase de Imitación". Pero en etapas posteriores (fases de "Adaptación" e "Innovación Endógena"), no se reconocían avances fundamentales.

Por otro lado, si bien los porcentajes de R&D a contar del año 2006 se vieron fuertemente incrementados, es importante destacar que dichas inversiones fueron principalmente a la identificación de nuevos procedmientos de ataque a los males asociados al Virus ISA, por lo cual no podemos decir que responda a una estrategia de I+D+I de mediano plazo, siendo más una táctica de respuesta de corto plazo, pero implementada en forma tardía.

Y un último ejemplo, en términos de reforzar el cambio que la industria del salmón debe realizar respecto del desarrollo tecnológico, desde la mirada del negocio.

Cito textualmente de la revista SalmonCiencia (canal oficial de comunicación de la Industria, del Instituto Tecnológico del Salmón, edición de Diciembre del 2007, pp. 16):

Otro aspecto a considerar es que la bioseguridad es vista frecuentemente como un aumento en los costos, debido a la importante inversión que requiere, pero al considerar las pérdidas que implica la no-salud, podría convertirse en una apuesta rentable que se justifique plenamente.


No voy a entrar a analizar el detalle de dicho párrafo. Pero quienes tengamos un cierto nivel de familiaridad con modelos de riesgo, modelos de seguridad y continuidad operacional soportada por tecnología, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que esos párrafos corresponden a visiones que otras industrias ya superaron … hace más de 25 años.

Claramente, ahí hay una mirada que debe innovar.

Accountability

Si los gobiernos de turno hubieran sido más firmes en regular la industria del salmón en su oportunidad, habrían sido calificados de "intervencionistas", "alarmistas ecológicos" y “frenos al desarrollo”.

Si los empresarios y emprendedores hubieran sido más visionarios y responsables, quizás muchos inversionistas de corto plazo los habrían calificado de "conservadores".

Por ello, pedir accountability en el momento actual es imposible. Pero no sacamos mucho en llorar sobre la leche derramada y es el momento de construir futuro.

La forma de construir futuro, es aprender como país a encontrar nuestra propia vía chilena para el I+D+I, creando nuevos sectores económicos que se destaquen por ser sustentables y aprovechen nuestras ventajas comparativas, diseñando estrategias basadas en la innovación continua, creando ventajas competitivas mediante un círculo virtuoso de inversión y propiedad intelectual y con modelos de competencias basados en criterios globalizados.

Con dichos criterios y con el liderazgo empresarial adecuado, por cierto que podemos crear esta y muchas otras oportunidades para nuestro país.

Stay Tuned!

Foto Origami: Flickr de Joseph Wu

Artículo original en PolisDigital


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lunes, 25 de mayo de 2009

Metatutor: formando tutores para emprendedores

El 15 de Mayo del 2009, completamos en la Universidad Adolfo Ibáñez el primer "Seminario de Certificación de Tutores Expertos", organizado bajo el alero de ChileEmpresario.

Tuve el honor de formar parte del cuerpo académico y dictar el último bloque de este Diplomado, el cual de por sí es una innovación, que ayuda a fortalecer nuestro incipiente ecosistema de apoyo al emprendimiento en Chile.

Por eso el título de este post: en este ciclo fui un Metatutor, es decir un "tutor para nuevos tutores".

En este artículo explico parte de mi visión sobre el rol de Mentor, Tutor y Evaluador de nuevos emprendimientos, y comparto el material que diseñé para esa actividad.


Innovando para el ecosistema

Hace unos meses, acepté gustoso la gentil invitación de mi amiga Michelle Ballesteros (Coordinadora General de ChileEmpresario) para participar en esta nueva actividad.

Iniciativas como ésta me son particularmente atractivas, porque son aquellas en las cuales podemos promover y apoyar el "emprendimiento social" en Chile.

Y es además una forma concreta de ayudar a recomponer nuestro tejido social, conectando a personas de diversas disciplinas y espacios de nuestra sociedad.

Como escribí hace un tiempo, la colaboración en sus múltiples formas, es siempre un buen negocio.


Qué hace un tutor

En general, un tutor regala su tiempo para beneficio de otros, aportando conocimiento, experiencia y juicios para equipos de emprendedores, muchos de ellos que conoce por primera (y única) vez.

El resultado de este intercambio es que todos ganamos, porque siempre hay un retorno asegurado:

  • El equipo de emprendedores recibirá un feedback externo respecto de su proyecto, lo cual siempre es útil y bienvenido.
  • El tutor aumentará su experiencia, aprenderá de nuevos temas y deberá esforzarse en aplicar sus conocimientos a nuevas situaciones, siendo una buena oportunidad de crecimiento profesional.
  • Todos extenderemos nuestro networking personal y grupal, lo cual ciertamente sabemos, es un activo cada vez más valioso.


Los posibles roles de un tutor

Un tutor puede tener varios roles, dependiendo del contexto, tipo de actividad y etapa en el proceso de apoyo al emprendimiento en el cual participe.

En algunos casos es un Evaluador, por lo cual debe aplicar instrumentos y metodologías formales, y emitir juicios expertos sobre aspectos específicos de una idea o de un emprendimiento.

En otros casos actúa como Mentor, acompañando a un equipo de emprendedores en su camino, durante un período más largo.

Y en otros casos actuará como Tutor, ya sea entregando su experiencia y conocimiento experto como Asesor, o haciendo las preguntas adecuadas desde un rol de Consultor.

Un tutor puede provenir de las más diversas profesiones. Y aportará indudablemente con la experiencia y conocimientos específicos de su propia disciplina.

Pero eso no es suficiente.

Si bien no es exigencia que tenga conocimientos avanzados en todos los aspectos asociados a un emprendimiento (típicamente reflejados en un Business Plan), un buen tutor como mínimo debe ser capaz de diseñar una "visión de bosque" en los aspectos globales y ser capaz de generar un diagnóstico que considere múltiples dimensiones: equipo, tecnología, estrategia, oportunidad, finanzas, operaciones, marketing, ventas, diseño, legal, política, contexto, mercado.

Un buen tutor debe ser capaz de generar feedback en todas las dimensiones indicadas, al menos en forma preliminar.

Y típicamente será un generalista, con una mirada holística, capaz de abstraerse y ponderar los aspectos técnicos específicos (los cuales siguen siendo fundamentales, pero que tienen menor relevancia en las etapas primigenias de un emprendimiento).

El aporte de un tutor será un éxito, en la medida que sea capaz de lograr una visión de conjunto, dando opiniones y recomendaciones al equipo emprendedor, sobre aquellos aspectos que requieren ser mejorados o profundizados, para lograr un justo equilibrio en la naciente idea o diseño del emprendimiento.

Por estas razones es que generalmente, el aporte de valor de un tutor estará asociado a su experiencia y trayectoria profesional, y particularmente, a su propia capacidad emprendedora.


Los METs nunca seremos rockstars

Ser un MET (Mentor, Tutor o Evaluador, nueva clasificación que acuñé en ese taller), es análogo al rol de un árbitro o de un sparring, en cualquier deporte.

Nunca será un rockstar o estrella del campo de juego, porque los verdaderos protagonistas serán siempre los emprendedores.

Su rol es verificar un conjunto de principios y buenas prácticas que la teoría, la experiencia y los casos exitosos recomiendan, y principalmente, aplicar una buena dosis de Tino, Tacto y Criterio.

Por ello es que no hay cursos "formales" y la formación se basa principalmente en la experiencia adquirida "on the road".

Este taller creo que es uno de los primeros intentos de formalización que conozco en Chile, experiencia que esperamos prontamente exportar a otros países de la región.


Los desafíos del MET

El rol de MET es siempre arriesgado y requiere bajar el ego (lo cual no es algo fácil), asumir una actitud de humildad y tomar conciencia absoluta de una particular responsabilidad: al fin del día, uno debe hacerse responsable de la influencia que tendrá en los sueños y el esfuerzo de otras personas.

Hay momentos particularmente complejos, como cuando uno identifica situaciones que requieren una profunda corrección, ya sea de visión o del modelo de sustentabilidad. Y esto incluye el riesgo de evaluar una idea como inviable, pudiendo en algún caso ser el próximo Fedex, Google o Un Techo para Chile.

Otro momento complejo es cuando se identifican claros desequilibrios en el equipo emprendedor, errores en la estructura de organización o situaciones que no han observado. Estas situaciones son difíciles de resolver, porque requieren un adecuado manejo de relaciones interpersonales y ser cautos en afectar el estado de ánimo o las relaciones internas del equipo emprendedor.

También, como identifico en mi presentación, uno debe evitar involucrarse emocionalmente con el equipo o la idea, lo cual exige en muchos casos emitir juicios que a veces pueden ser duros, pero necesarios. O por el contrario, amplificar en exceso algún aspecto particularmente positivo y generar un excesivo entusiasmo optimista, pero que no deje ver otros aspectos que pueden poner en riesgo la viabilidad del proyecto.

El entregar feedback positivo y/o negativo, es aún más complicado cuando se cruza con las historias de vida y realidades personales de los emprendedores, las cuales a veces son muy difíciles. Por ello, hago particular hincapié en evitar el riesgo de caer en la actitud "corazón de abuelita". Y por cierto, eso también requiere que el MET sea capaz de procesar esos momentos emocionales complicados.

En cualquier caso, el evitar un compromiso emocional no significa perder el respeto, humillar o destruir sicológicamente a un equipo de emprendedores, práctica lamentable que algunos seudo-gurúes instauraron como moda hace algunos años en nuestro país, con nefastas consecuencias para muchas personas.

Muy por el contrario. Una forma de particular cariño y respeto a los emprendedores, es establecer una franca conversación con respeto y humildad, colocando lo mejor de nuestros conocimientos y experiencia, hablando con franqueza y en forma transparente.

E indudablemente, ser responsable y conciente del impacto que uno puede provocar.

Pero todos estos riesgos y temores son compensados, al poder aportar a otros con una idea, un juicio o simplemente una visión alternativa, acciones que un equipo emprendedor siempre agradecerá. Y aunque suene egoísta, está la satisfacción personal que queda al poder ayudar a otros.


Emprendimientos no siempre son empresas

Algo que no puedo dejar de mencionar: un emprendedor no siempre es un empresario.

Y por ello un MET no se focaliza exclusivamente en emprendimientos que terminen siendo una empresa (la cual por definición tiene un objetivo de lucro, lo cual en sí no es malo, aún cuando muchos intenten demonizar ese concepto).

Más aún, creo que el rol de MET toma particular importancia para apoyar proyectos sociales, los cuales muchas veces más allá de una buena idea, carecen de un diseño adecuado, de la aplicación de metodologías de análisis estratégico y principalmente, de la definición de modelos de sustentabilidad económica, política y social.

Esos proyectos de emprendimiento social, son por cierto aquellos que un MET gustosamente apoyará, porque pueden provocar un gran impacto en la mejora de la calidad de vida de las personas.

Los dejo con la presentación con que cerré el taller de ChileEmpresario, donde pueden ver algunos de los conceptos mencionados.



Y para finalizar, no puedo dejar de agradecer la especial participación de mi amigo Roberto Camhi, fundador y Gerente General de Mapcity, con quien desarrollamos un interesante ejercicio con el cual sorprendimos a nuestros tutores-alumnos.



Muchas Gracias, Roberto! :-)

Stay Tuned!

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lunes, 11 de mayo de 2009

Conferencia: Tendencias en el Negocio Móvil

Hace unas semanas fui invitado a dictar una Conferencia sobre las Tendencias en el Negocio Móvil, en el lanzamiento del concurso de Ideas de Negocios y Emprendimiento "Movistar Innova".

Este concurso es organizado en Chile por Octantis junto con Movistar.

Es una experiencia a observar y replicar, ya que el acercamiento que se establece a través de estas instancias entre grandes compañías y emprendedores (junto con el soporte metodológico de incubadoras y aceleradoras de negocios), puede tener resultados interesantes.

La conferencia la di frente a un auditorio de más de 100 emprendedores. Y con el objetivo de que fuera realmente un aporte, fue un poco distinta de lo que originalmente "esperaban" los organizadores. Pero la innovación resultó. :-)

Más que una recopilación de tendencias, cifras de mercado, citas de expertos y muchas otras informaciones que los emprendedores pueden (y más aún, deben) estudiar y encontrar a partir de sus propias investigaciones en la Web, mi propuesta fue reforzar algunos conceptos relativamente simples, pero que no por ello deben ser olvidados:

Los negocios móviles no tienen mucha diferencia respecto de los negocios tradicionales de tecnología. Más aún, un enfoque de innovación interesante, es "cortar los cables" de los tradicionales modelos de negocios e ideas exitosas, junto con aprovechar las múltiples nuevas capacidades que nos ofrece el mundo "móvil".

Un negocio móvil en su definición básica, no se diferencia en nada de cualquier otro negocio tradicional:

Margen = Ingreso - Costos



Pueden ver la presentación acá:



El audio que grabé de la conferencia no está muy bueno, y necesito hacer un tiempo para limpiarlo, cortarlo y sincronizarlo. Pero lo haré en la medida que haya interesados (respondiendo a la demanda), para lo cual me dejan un comentario con su interés. :-)

UPDATE: Incorporé el audio de la presentación. Les recomiendo que la escuchen con fonos, ya que el audio de origen no era de muy buena calidad y al incorporar filtro de ruido, el costo fue que quedó con algo de reverberación.

Stay Tuned!

Fuente de la Imagen: Clipart de Microsoft


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sábado, 18 de abril de 2009

¡No soy soporte técnico!

Estoy en mi oficina ayer viernes en la mañana. "Ring, ring" en mi móvil.

- ¿Aló, Maz?
- Sí, hola ... ¿Con quién hablo?
- Con H.
- Hola, ¡qué tal! ¿Cómo estás?
- Más o menos. Necesito que me ayudes.
- Sí, claro. En la medida que pueda, encantado.
- Me conseguí tu teléfono con F. y como sé que trabajas en computación, necesito que me ayudes urgente.
- OK, cuéntame.
- A ver ... tengo problemas con unas teclas del notebook que se me quedan pegadas y además parece que tengo virus ...
- Eeehhh, H. ... Sabes que ...
- Espera, espera. No es todo. Además, necesito que me actualices a la nueva versión del sistema, porque me sale un mensaje que estoy ilegal. Me lo arreglas y así aprovecho de quedar "moderno".
- Oye H., ocurre que ...
- Y como además necesito que sea barato y rápido, qué mejor que los amigos. ¿A qué hora podríamos juntarnos?
- Oye H., sabes que ... No te puedo ayudar mucho.
- Ah. (Breve silencio en la línea ...) Bueno, si ese es el problema, entonces te pago ... (con una cierta molestia en el tono).
- No, no es eso. Es que yo ... no hago esos trabajos (con una buena dosis de tacto)
- Mmhh ... Te entiendo. Lo que pasa es que no te interesa. Puchas ... Qué lata.
- No, no es un problema de voluntad. El tema es que yo trabajo en computación, pero ... (Qué y Cómo le explico ...) yo trabajo en temas ... Mmhh ... más gerenciales. Yo creo que necesitas apoyo de un servicio técnico.
- Ah. O sea, no sabes mucho de computadores. (Ahora con cierta condescendencia y al otro lado de la línea, yo contando hasta 10.000). De verdad pensé que me podías ayudar.
- Mira. Cuando he tenido problemas, lo llevo a XYZ o ABC, que son buenos servicios, tienen buenos precios y pueden resolver todo lo que me comentaste.
- Ah (con franca molestia y con cero intención de tomar nota de los datos que le doy). Qué lata. Pensé que podía contar contigo y más encima, ahora voy a tener que pagar. Oye, te tengo que dejar, así que después conversamos. Nos vemos por ahí. ¡Chao!

Y colgó el teléfono, dejándome en situación de ¡Plop!

Parto por declarar en mi defensa, señor Juez, que siempre he reconocido que de hardware sé bastante poco. Además que con el tiempo, me he ido moviendo a capas cada vez más alejadas de los fierros y las configuraciones básicas.

Pero escenas similares a ésta, las he vivido infinidad de veces y en distintas formas.


Kids: Don't do this at home

Es nefasto cuando la situación aparece al ser invitado a casas de conocidos, amigos y familiares, especialmente aquellos con una relación más lejana con el mundo de la tecnología.

En medio de un buen asado, aparece la pregunta fatal: "Oye Maz. Aprovechando que estás acá y que eres computín, ¿no podrías echarle un vistazo al computador de la casa, que está un poco lento?". Horror.

Peor aún cuando la familia espera con expectación poder por fin aprovechar las bondades de la última impresora comprada hace varias semanas y que se niega a imprimir las tareas escolares. O conectar el nuevo router inalámbrico. Suma y sigue. Las posibilidades son infinitas.

Y como muchas veces en la vida, uno finalmente aprende, pero a porrazos.


Corazón de abuelita

Hace unos 3 años, una persona administrativa con quien yo trabajaba (y que tenía muy buena voluntad, por lo cual logró franquear los cocodrilos y fosas con que protejo mi "vocación de servicio técnico"), un día se acercó y me dijo: "Marco, yo sé que tú no trabajas en esto, pero tal vez tengas un tiempo. Es el computador de mi sobrina, la que está en la Universidad, que se desconfiguró y no se puede conectar a Internet. ¿Me podrías ayudar?". "Sí, claro. Tráelo durante la semana y lo veo en algún rato".

Craso error. Obviamente, la semana pasó y el computador quedó ahí. Y el viernes al final de la tarde, me acordé. ¡Argh!

Así que empecé a reconfigurar el bendito equipo más o menos a las 17:00 del viernes, partiendo por un largo proceso de limpieza y antes que nada (obviamente) respaldar todo lo que parecía útil. "Respaldo en un simple CD o un pendrive" es algo que deberían enseñar en Kinder a estas alturas.

Finalmente terminé ... a las 11:30 de la mañana del sábado.

Jornada que incluyó navegación nocturna en varios foros y recónditos lugares de Internet, para lograr identificar un glitch maldito que había en la configuración base. Les ahorro los detalles. :-|

Pero algo que definitivamente me molesta, es el poco valor que algunos concientemente dan a nuestros conocimientos y experiencia profesional. Son formas más sutiles de solicitar "soporte encubierto", a nivel estratégico de negocios.


El almuerzo/consultoría

Varios años atrás, una conocida que trabajaba en un banco importante, me llamó y me comentó que estaba participando en el equipo de evaluación de un gran proyecto de e-business.

Coincidía que justo un par de años antes, yo había participado en una negociación internacional con el potencial socio tecnológico del proyecto de mi amiga. Mi experiencia incluía tiempo que pasé trabajando en un due dilligence a esta empresa, por lo cual los conocía muy bien. De hecho, en Chile yo era la persona que más los conocía.

Me preguntó si como un favor personal, aceptaría una invitación a almorzar con su jefe. Era un muy buen restaurant de Santiago, por lo cual acepté gustoso.

Cuál no sería mi sorpresa cuando llegué a una mesa y me encontré rodeado por otras 7 personas.

Reconociendo de inmediato la situación y para no dejar pasar mi molestia, saludé con un "Hola. Bastante barata les va a salir la consultoría ... :-)", lo cual indudablemente generó algunas risas nerviosas. Pero ya estaba ahí y debía honrar el compromiso con mi anfitriona.

Conversamos largo y finalmente, esa institución hizo exactamente lo contrario a lo que yo les recomendé en ese almuerzo. Lo que en realidad buscaban con la invitación, era confirmar una decisión que ya habían tomado. Pero cuál no sería su sorpresa, al escuchar que mi recomendación iba en un sentido totalmente opuesto.

Al final, ese almuerzo/consultoría les salió bastante caro.

No sólo porque no les ayudó en su proceso de decisión interno, sino que el curso errado que tomaron, les significó varios millones de dólares y un retraso de 3 años de su proyecto.

Definitivamente, les habría salido mucho más barato haber hecho la consultoría formal. :-)


¿Y qué hago con H.?

Como ya se habrán dado cuenta, a esta altura soy un simple usuario y definitivamente no tengo vocación de soporte técnico.

Y todavía no sé bien cómo le explicaré en qué trabajo a H. (el del notebook que motivó este artículo), la próxima vez que nos veamos.

Si le digo que soy "arquitecto de e-business", el riesgo es que su próxima llamada, sea para que lo ayude a diseñar una ampliación de su casa. :-)

Imágenes: Flickr de Nollij y the boy in the bike


Stay Tuned!

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domingo, 5 de abril de 2009

Tercera columna radial: Cobertura Inalámbrica Rural

Ya me siento más cómodo en mi columna radial en radio Universidad de Chile con Vivian Lavin.

El Jueves pasado íbamos a analizar el Informe WIP Chile (World Internet Project) desarrollado por la Universidad Católica y el Centro de Estudios de la Cámara de Comercio de Santiago. Es un estudio con una radiografía muy completa del estado de la Internet local y sus usuarios, con foco en los hábitos de uso. Es muy interesante, ya que en su cuarta versión establece análisis comparativos en las versiones previas. Para todos quienes vivimos "en" y "de" la Red, es una herramienta importante y sumamente útil.

Pero minutos antes de la columna, al saludarnos en el pasillo de la radio, Vivian me mostró al pasar la página principal de El Mercurio de ese día, donde destacaba un titular con la pobre conexión de las escuelas rurales en Chile. A lo cual le dije: "Pero tenemos buenas noticias. El concurso inalámbrico rural que acaba de ser adjudicado, debería traer para Chile varias sopresas e importantes cambios en el mercado de las telecomunicaciones".

Vivian me preguntó si alcanzábamos a tocar el tema al inicio de la columna, y le dije que sí (respondiendo a la acostumbrada dosis de riesgo a la cual no me puedo sustraer :-)

Un par de rápidas navegaciones en el notebook, una búsqueda de un par de datos y voilá. Al aire.

Los invito a escuchar esa columna, ya sea directamente a través del widget adjunto.





O si prefieren, pueden descargar en forma directa el archivo de audio con el segmento (MP3, 9.6 Mb).

Como pueden ver, también comenzamos a analizar el informe WIP, el cual esperamos analizar en detalle en la próxima columna.

Stay Tuned!

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jueves, 2 de abril de 2009

Nuestro propio Glasnost

Update: Hago la salvedad que el término Glasnost es un concepto que engloba una visión global del concepto de Transparencia como política de Estado, en forma independiente del contexto histórico de aplicación. Si alguien infiere que el uso de dicho concepto en este artículo (concepto por lo demás genérico), pretende comparar la actual situación del Estado chileno con los tiempos del oscurantismo soviético, nada más lejano de mi intención. Más aún cuando en forma directa o indirecta, he participado de diversos procesos de transparencia para el sector público en Chile, partiendo por Chilecompra y múltiples otras iniciativas que han sido de alto impacto y beneficio para Chile. No obstante, sigo sosteniendo (como lo menciono en el artículo) que aún existen espacios del Estado chileno que requieren una apertura profunda, por lo cual la Ley de Transparencia genera un estándar común que todos los órganos del Estado deben cumplir. Gracias.


Glasnost fue la política de apertura, publicidad y transparencia para las instituciones públicas, impulsado por Mijail Gorbachov a mediados de la década del '80, en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

El concepto de Glasnost fue infiltrando gradualmente la estructura de gobierno de la antigua URSS, hasta sus cimientos más profundos.

Y fue una política de estado, no sólo una política pública (las cuales a veces se quedan sólo en "buenos deseos"). Como política y en sus aspectos prácticos, fue resistida por el duro establishment político ruso, cuyos miembros sabían ciertamente lo que provocaría.

La política de Glasnost fue poco a poco creando grietas en los altos y fuertes murallones del oscurantismo burocrático y totalitario. Esas grietas se fueron profundizando cada vez más y el resultado es que muchos muros cayeron, incluyendo ese infame y homicida muro de Berlín.

Nuestro particular Glasnost

En los próximos días se pone en marcha oficialmente en nuestro país la Ley de Transparencia, la cual tengo la esperanza será un avance en pos de tener una sociedad más democrática.

Esa ley será nuestro particular Glasnost local.

Indudablemente, no hay comparación entre el modelo de estado de la antigua URSS y el que actualmente tenemos en Chile. Pero debemos reconocer que tenemos una fuerte burocracia gubernamental y espacios de poder que requieren abrir la información.

Por ejemplo, algo que a mí particularmente me interesa, es poder conocer con detalle algunos procesos de decisión asociados a ciertas políticas públicas, programas y proyectos, que son de alto impacto para nuestro país, especialmente relacionados con los ciclos de I+D+I.

Y para nuestra convivencia nacional, estos espacios de oportunidad son vitales, ya que la democracia es más que el ejercicio del juego del poder por la vía de la participación, a través del voto que dirime entre más de una opción.

Una democracia real requiere una participación efectiva de los ciudadanos, incluyendo la fiscalización hacia los órganos del estado. Y requiere mecanismos que aseguren recoger y ponderar múltiples opiniones y aportes para apoyar los procesos de decisión, la definición de políticas públicas y el diseño de acciones concretas para los gobiernos locales.

Lo que ni las leyes ni la tecnología aseguran

Indudablemente, en estos tiempos se facilita la implementación del Glasnost, por la amplia disponibilidad de las Tecnologías de la Información. Pero la tecnología no es requisito suficiente para asegurar la transparencia.

Y para profundo pesar de quienes pecan de “legalistas” y creen que todo se resuelve con leyes o reglamentos, tampoco es obligatorio tener una ley para asegurar participación y transparencia en un buen gobierno.

Transparencia es en primer lugar un tema de convencimiento y actitud, además de entender que el servicio público y la política, en una sociedad moderna hoy definitivamente tienen otros códigos.


Un ejemplo concreto en Chile, es el excelente gobierno local que Claudio Orrego ha desarrollado en la Municipalidad de Peñalolén. A pesar de ser una de las comunas "pobres" en Chile, es un ejemplo de integración, participación y transparencia. Y por cierto con un uso intensivo de la tecnología, pero que responde a una potente visión del servicio público y el gobierno al servicio del ciudadano. Es algo tan simple como visitar su sitio Web. Sin muchos "pitos y campanillas", pero funciona e informa. Y muy bien.

Por ello, más que una ley, su reglamento o las sanciones por incumplimiento, son otras las barreras que primero hay que romper para la transparencia. Como en cualquier proyecto de alto impacto y que utiliza la tecnología como base operacional, los artefactos tecnológicos son los más simples de diseñar (cuando están en las manos adecuadas): las verdaderas barreras están en las personas, esos son los nuevos muros que debemos derribar.

Los guardianes de los guardianes

Esta Ley modificará en forma definitiva las prácticas de gobierno en nuestro país, permitiendo la fiscalización de los diversos órganos del Estado directamente por los propios Ciudadanos.

Al igual que muchos otros procesos colaborativos que hemos aprendido a través de la Red, "mientras más ojos puedan mirar, más seguro y más transparente será". E indudablemente, también estimulará un mayor interés en la participación por los temas públicos, especialmente para las generaciones más jóvenes. Por último, por la natural curiosidad.

A contar de su puesta en marcha, el estado entrará en un proceso irreversible para ser "transparente", por obvio que suene. Y eso redefine totalmente las reglas del juego. Ahora el rayado de la cancha es otro.

El términos futbolísticos, hoy tenemos unos pocos y contados silbatos para los tradicionales árbitros fiscalizadores: la Contraloría, el Parlamento y los Medios Públicos (el famoso "Cuarto Poder").

Pero ahora, comenzaremos a repartir miles de silbatos, uno por cada asistente en la galería del estadio de nuestro país, donde incluso podremos evaluar a los antiguos evaluadores. Gracias al cambio tecnológico, por fin podemos dar una respuesta concreta a ese antiguo dilema proveniente desde la antigua Roma: Quis custodiet ipsos custodes?

Nuestra responsabilidad como ciudadanos

Más allá de los aspectos específicos que la ley plantea (con los modelos de transparencia activa y transparencia pasiva), creo que también esto significará para los ciudadanos nuevos desafíos: deberemos aprender a ser responsables con el uso de este nuevo derecho.

Por una parte, está la preocupación de cautelar la privacidad de las personas, especialmente de los funcionarios públicos o de quienes presten servicios al estado en diversas formas.

Y también deberemos aprender a ser cautelosos para requerir la información adecuada, precisa, que sea de real interés y cuyo objetivo final sea un aporte positivo.

He escuchado en diversos espacios, un temor al "tsunami" de requerimientos que en un primer momento llegarán a los servicios al momento de la puesta en marcha. Y es algo que naturalmente ocurrirá. Al igual que todo nuevo "artefacto", los ciudadanos querremos averiguar hasta dónde podemos aprovechar sus nuevas capacidades, "estresando" el sistema. Y por su parte, el estado deberá confirmar su real interés en responder a quienes son los reales poseedores del poder, sin "dorarnos la píldora" con un "maquillaje temporal".

E indudablemente, tendremos tiempos complicados durante el período de aprendizaje inicial.

Pero el real desafío vendrá en el mediano y largo plazo, para que los ciudadanos y el estado, aprendamos efectivamente a convivir con estas nuevas reglas, que indudablemente serán de beneficio para nuestra "salud democrática".

Stay Tuned!

Fuentes de las imágenes:
Signo del Glasnost Ruso, 1987
Flickr de backpackphotography, imagen Hidden Bricks


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